Así como Cristina Kirchner, el ex vicepresidente quiere «despegarse» de la imagen del fracaso del oficialismo y comenzar un nuevo partido político.
Amado Boudou y Alicia Castro (ex embajadora en Venezuela) anunciaron este lunes el comienzo de su nuevo frente, también incluirá a el ex candidato a gobernador Gabriel Mariotto.
El nombre del nuevo partido político de Boudou será «soberanxs», en lenguaje inclusivo que los progres de izquierda de hoy y también para que los que vendrán se sientan representados.
Ante la presentación del frente, Alicia Castró se mostró como la esperanza de aquellos que hoy no se sienten escuchados, «Nace una esperanza federal, una fuerza soberana de nuevos y viejxs compañerxs que no nos resignamos al estado de las cosas, ni a la violencia de la desigualdad”.
Si bien, tanto Boudou como Alicia Castro han demostrado tener muchos replanteos que hacerle a Alberto Fernández, lo cierto es que gran parte de los militantes kirchneristas y/o peronistas, asocian a estos dos como parte de los propios. Entonces, ¿qué pasa ahora? ¿Huirán muchos más de la imagen y del fracaso y del notable derrumbe del partido del FdT? Seguramente sí, los kirchneristas han demostrado no ser buenos perdedores, sobre todo Cristina Fernández.
Ante la obvia evidencia de las pretensiones del delincuente de Boudou, me veo obligada a replantear que, si bien está disfrutando de su libertad condicional (algo que no apruebo), no debería ser posible que un condenado por enriquecimiento ilícito o cualquiera que fuere la causa de la condena, pueda estar pensando y presentándose en un nuevo o ya existente partido político. Estas irregulares posibilidades se dan gracias a que el kirchnerismo votó en contra de la ficha limpia, una ley que propuso debatir e impulsar JxC para que los políticos condenados no puedan ejercer cargos. Obviamente velan por los futuros puestos políticos de su partido.
El lanzamiento oficial de partido será el 20 de noviembre, es el día en que se conmemora el Día de la Soberanía en la Argentina, en esta fecha se recuerda la Batalla de la Vuelta de Obligado, que se realizó en 1845, un día extremadamente cargado de simbolismo y que remonta las clásicas tradiciones argentinas.
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Ricardo Raul Benedetti 
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